Hace unos meses escribí sobre el asunto de las personas que, al vuelo, tergiversan, hablan o piensan mal de uno en base a una imagen que se forman en sus mentes, sin indagar más.
En esta ocasión, quiero esgrimir algo quizás opuesto pero complementario, sobre todo válido para quienes están el ruedo público, son expositores, comunicadores sociales o pretenden ser líderes.
Tú puedes ser lo más honrado, lo más sincero, de lo más humilde en tu Vida peeerrooooo...
Esto mismo que eres, debes proyectarlo. Te cuento lo siguiente...
Un ciudadano de Roma llamado Publio Clodio Pulcro, un día logró introducirse en la casa de Julio César para ver a Pompeya, la esposa del emperador, con el objeto de expresarle sus sentimientos.
Descubierto por los guardias, logró huir, y aun cuando Julio César creyó en la inocencia de su esposa, la repudió.
Este hecho, quizás fue extremo, pero verifiquemos que pasó...
Ella le preguntó los motivos, y Julio César le indicó: "A la mujer del César no le basta con ser honrada, sino que, además tiene que parecerlo".
El mismo concepto, dicho con otras palabras. está en el clásico pensamiento (previo) de Alejandro Magno: "No demos oportunidad a la calumnia, pues siempre se ayuda la mentira de las apariencias para atacar la verdad".
Todo reseñado en El Libro Gordo de Petete, pág. 1525 (libro al cual siempre le he estado haciendo referencia en mis últimos posts).
Pues es así, tú me conoces... No es solo "ser", ¡hay que proyectar ese ser!
Tú también, toma en cuenta esta breve reflexión, como un consejo y el inicio de una nueva forma de mostrarte al mundo. No basta con ser honrado, hay que proyectarlo. ¡Sí va!
Yo en el CC Cerro Verde, Caracas. |